
La respiración es la puerta
y el camino al mundo
de las sensaciones profundas
y al reconocimiento de
la naturaleza de la mente.
La respiración es el camino más directo para conectarse con el cuerpo y con el universo. No en vano la conexión con la respiración se usa como vehículo principal de técnicas milenarias de conexión con SER. Está directamente relacionada con la esencia de la vida, si no respiramos morimos. Por lo tanto, es fundamento de nuestra existencia, aunque al ser una funcionalidad autónoma se tome por sentada y esta realidad se nos pase inadvertida. Pero, la evolución dio a la especie humana a diferencia de a los otros animales, la capacidad de regular la respiración conscientemente, es decir, es la única función regulada igualmente por los sistemas nerviosos voluntario e involuntario. Esto significa que podemos decidir respirar o no.
Cuando nacemos nuestra respiración es natural y libre, a penas existe control voluntario. Nuestra respiración es completa llegando el aire hasta nuestro abdomen y masajeando a su paso, todos los órganos de nuestro cuerpo. Realmente cuando nacemos estamos en conexión con nuestra verdadera esencia y la respiración no es más que un reflejo de ello. Pero según vamos desarrollando nuestra personalidad (ego) se inician las represiones educacionales y comenzamos a cortar el libre fluir de nuestras emociones. La forma de conseguirlo es retener el aliento. No respiramos, no sentimos. Vamos transformando nuestra respiración en más supercial hasta llegar en algunos casos a respirar lo mínimo para sobrevivir.
Para desconectarnos de aquellas emociones rechazadas pagamos el precio de la desconexión con nuestro cuerpo, con nuestra fuerza, con la percepción de lo que nos rodea y en definitiva con el flujo de la vida. Somos como respiramos, y respiramos como somos. La respiración es la fuente de nuestra energía, a menor energía menor capacidad de movimiento, menor lucidez mental, menos fuerza vital.
Para recuperar toda nuestra capacidad innata de vida, es necesario recuperar nuestra capacidad de respirar. Para ello tenemos que re-aprender a respirar deshaciendo poco a poco todos los bloqueos musculares, energéticos y emocionales.
Biodanza recupera la respiración natural y ayuda a tomar conciencia de la misma. Primero de forma indirecta; en las danzas activas tomando consciencia de ella y de cómo se acelera; y en las más lentas y pausadas haciéndola patente, y dejándonos apreciar como el aire entra y sale de nuestro cuerpo “aquí y ahora”.
Además tenemos danzas especificas que practicamos en nuestras clases como la Respiración danzante o la Respiración abdominal, y que nos vinculan con este sutil movimiento. Paralelamente facilitamos esta re-conexión con segmentarios específicos que nos ayudan a romper bloqueos físicos y energéticos.
Poco a poco la respiración va expandiéndose naturalmente e influyendo en nuestro día a día relajándonos, renovándonos y abriéndonos a nuestras emociones y a la vida en su totalidad.
Este esencial y trascendental movimiento nos da la posibilidad de entregarnos a la vida confiando plenamente en
ella. Cada inspiración es una recarga de energía un abrirte a recibir el aliento de vida. Cada espiración es una rendición, un soltar el control sobre ti y sentir que te estás entregando al
momento presente. Desde este presente la respiración es una puerta directa a nuestra conciencia, al SER de absoluta presencia que es nuestra verdadera naturaleza única.
LOTO facilitadora Biodanza Sistema Rolando Toro.
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